COMO PESCAR GRANDES EJEMPLARES 3ª PARTE

Si pescamos una tabla de aguas semi paradas o con una corriente muy ténue, lo mejor es proyectar la ninfa aguas arriba y recogerla pausadamente con la reseñada ligerísima tensión, dando pequeños golpecitos de muñeca para que la ninfa navegue y sea atractiva.

 La técnica de la ninfa vista, es sin duda una modalidad apasionante, tanto o más que la mosca seca. Si vemos un pez apostado, lanzamos nuestra ninfa a una doble distancia de largura y profundidad. Si el pez no la ataca cuando la ninfa pasa a su alcance, podemos intentar darle vida, levantado súbitamente la artificial en el momento que pasa por delante de nuestro pez, para que se produzca el ataque. Esta técnica da un gran resultado.

 La mosca seca es la más apasionante manera de hacer picar un gran pez. Como es de sobras conocida no voy a entrar en detalles sobre la forma de practicarla. Lo que es vital es la presentación de la artificial y evitar SIEMPRE EL FASTIDIOSO DRAGADO. Hay quien piensa que su mosca no draga y deriva perfectamente en la superficie del agua, pero en realidad no es así en absoluto. Su mosca corre ligeramente más deprisa de lo debido y el pez, sobre todo si es tamaño lo ve enseguida. Las formas de evitar el dragado son los lances curvos (curve cast) y los lanzamientos extendidos (reach cast). Estos lanzamientos provocan una U invertida o una L invertida  de gran utilidad en la pesca. No es difícil realizarlos, si se dominan perfectamente los lanzamientos básicos. Para esto las líneas DT son de gran utilidad porque al ser lentas permiten efectuar estas correcciones con suficiente antelación. Los bajos de línea de 4.5 mts a 5.5 mts son suficientes para pescar truchas resabiadas y evitar dragados. Los bajos muy largos a mi entender no son necesarios si se dominan bien los lanzamientos curvos y extendidos.

 

Sin entrar en la pesca al agua, y solo pescando a los peces que se ceban a determinadas horas del día y en determinados lugares, lo mejor es saber escoger siempre al mejor y más grande de todos. Esto muchas veces puede verse con un poco de experiencia. Los peces grandes acostumbran a cebarse en solitario o en compañía de otro pez de similares características. También están apostados en los mejores lugares para aprovisionarse de alimento sin tener que moverse constantemente de un lado para otro. Por otra parte, si observamos las cebadas podemos ver que son  de una trucha grande por las circunferencias que produce. Si por el contrario son círculos de absorción, aquí tenemos un problema porque lo que parece una humilde truchita puede ser un truchón que absorbe con una discreción increíble los insectos que derivan en la superficie o en la película acuosa. En todo caso podemos hacernos una idea del pez que está debajo del círculo juzgando su postura.

 Siempre que pesquemos a mosca seca, debemos saber situarnos lo mejor posible y EVITANDO EFECTUAR FALSOS LANCES POR ENCIMA DEL PEZ, ya que lo ahuyentarán. Lo más indicado es efectuar un lanzado unos metros fuera de su posición y en el último movimiento lanzar directamente hacia el pez. Si el lanzado queda corto o demasiado largo, no importa, lo dejamos derivar y precisamos en el siguiente pero siempre evitando lanzar falsamente encima de este ya que verá volar nuestra línea y se asustará. Si por cualquier motivo ocurre, lo dejamos tranquilo un rato y volvemos más tarde porque puede que vuelva a alimentarse en el mismo lugar. También es importante que el pez se cebe con asiduidad. Es decir, si estamos en un sereno y lo vemos cebar, dejemos que se confie y empiece a comer sin recelos. Es mejor esperar un poco que lanzar erróneamente o que nos drague la mosca, y el pez como no está en plena comida es más asustadizo y se espantará.

El combate con un pez grande puede durar muchos minutos. Ante todo hay que ser prudentes y no trabajarlo con prisa. La clavada de un pez grande debe ser siempre suave. Nada de latigazos que acaban con la mosca en la boca de la trucha y el hilo roto. Si la trucha a escogido comerse nuestra artificial es porque no ha notado nada raro en ella. Clavemos con suavidad.

 

 Como apunté anteriormente las prisas son enemigas natas del pescador. Para pescar un buen pez hay que serenarse y estar tranquilo. No pasa nada si escapa, lo importante es saber lo que se está haciendo y hacia donde no debemos dejarle ir (por ejemplo un tronco sumergido) y donde debemos intentar llevarlo para meterlo en la sacadera. Las cañas blandas, trabajan mal a los peces grandes porque se necesita mucho tiempo para doblegar la resistencia de una gran trucha con una caña de acción parabólica. Lo que hay que intentar desde el primer momento es sacar a la trucha de su escondite donde se estaba alimentando y llevarla lo más cerca posible del pescador. Una vez allí hay que conseguir  (a veces se puede y otras no) de que la pelea transcurra en nuestro terreno o en el mejor lugar posible, donde esté más despejado y estemos más cómodos. Para todo esto un carrete manual con un buen freno nos será de una gran ayuda. Hay que conocer a la perfección la resistencia de nuestro hilo para graduar el carrete en función a la posibilidad de rotura de este, de esta forma aprovechamos al máximo todo nuestro equipo sacándole el máximo partido. La caña alta pero sin forzar. Es mejor bajarla un poco que perder al pez.

 Si por más que luchamos con el no conseguimos verlo en ningún momento, es que la pieza es grande de verdad y por lo tanto un adversario a tener muy en cuenta. Si es una trucha común, lo más normal es que vaya dando cabezazos por el fondo intentando frotar la mandíbula en las piedras para librarse de la artificial. Si por el contrario es una trucha arco iris, esta intentará en veloces y salvajes carreras romperlo todo a lo bestia y un freno apretado con la ayuda de un hilo fuerte nos será de gran ayuda.

Ante todo no movernos y si tenemos que desplazarnos hay que efectuar la maniobra sin brusquedad y con sigilo. De otra forma lo único que logramos es poner más adrenalina si cabe y más espanto a nuestra captura momentánea.

 Una vez cerca del salabre, hay que conducir el pez a la red y no al revés. Un salabre normal y hondo es suficiente. Si le pasa la cabeza, seguirá el resto. Las truchas van siempre hacia delante o hacia un lado, no tienen marcha atrás, para hacerlo deben darse la vuelta y esto lo hará una vez haya caído en el interior de nuestro salabre. Hay que resaltar muy especialmente unas sabias palabras de mi amigo Jon Huerga: “en la pesca de un pez grande siempre tiene gran importancia el factor suerte”.

 

~  Carles V.

 

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