PESCA EN AGUAS CALMADAS (final)
Igualmente las ninfas emergentes de quironómidos son muy efectivas, plomadas en anzuelos del 16 o del 18 para ninfa y moviéndolas lentamente con pequeños golpecitos con el levantamiento discreto de la punta de nuestra caña de mosca. Las larvas o ninfas de quironómidos cuando ascienden a la superficie lo hacen con la cabeza hacia abajo, retorciendo su abdomen para impulsarse hacia la superficie de la película acuosa donde permanecerán mientras se transforman en insecto alado. Este detalle hay que tenerlo en cuenta, porque las ninfas emergentes de un quirónomido que asciende en la superficie hay que montarlas al revés, es decir con la cabeza del insecto situada al final de la curva del anzuelo y el abdomen del insecto finalizará en el ojal del anzuelo. Los colores para montar estos insectos son muy variados y suelen dar buenos resultados, el negro, el rojo, el gris claro y el marrón tabaco. Para plomar levemente la mosca es mejor hacerlo en la tija del anzuelo con hilo de plomo o cobre, según convenga, prescindiendo de las bolas de plomo o de tungsteno que son demasiado pesadas y no le darán una correcta ascensión a la superficie del agua, porque la ninfa tenderá a cabecear en su movimiento, cuando lo que nos interesa es que se mueva solamente en ascensión.
Las larvas de efémeras emergentes deben ser movidas de un modo lento pero constante con el levantamiento progresivo de la punta de nuestra caña. En todos los casos utilizo una única ninfa que debe ser depositada un metro y algo más arriba de donde creemos que puede refugiarse nuestra trucha. Las ninfas tanto de quironómidos como de efémeras pueden trabajar a veces mucho mejor sin plomar o con solo un poco de hilo de cobre o plomo en su abdomen. Estas ninfas pescan muy bien a medias aguas o cerca de la superficie, justo cuando dan la sensación que van a emerger, y aún lo que es mejor, su movilidad y su aspecto de vida se acrecenta notoriamente.
La caña de mosca que utilizo es una caña de nueve pies de línea 4 o 5. También pueden utilizarse cañas un poco más largas como las de 9,6 pies y líneas livianas del 3 o 4 siempre que estas cañas dispongan de una gran reserva de potencia y acción de punta, porque en la batalla con una trucha grande es necesario poder sacar de su agujero a una vieja resabiada. Yo normalmente utilizo una caña línea 5 de nueve pies que me permite dar la vuelta a bajos muy largos, de unos 6 mts, sin tener que esforzarme tanto y lanzar a grandes distancias con menor esfuerzo. Como el lector sabrá, a mayor número de línea, mayor peso, y por tanto mayor fuerza a la hora de lanzar y dar la vuelta a bajos largos al dar aceleración a nuestra caña de mosca.
El carrete es mejor que sea un carrete manual de buena calidad y provisto de un buen freno. Hoy en día se pueden adquirir buenos carretes de pesca con frenos de disco a precios más que módicos. Una buena trucha debe ser trabajada directamente con el carrete y no con la mano. El freno de uno de los nuevos carretes large arbour o mid arbour es mucho más eficiente que el sentido del tacto de nuestros dedos, simplemente porque cuando un pez corre en el agua y tira fuertemente de nuestro sedal, el freno de disco del carrete oportunamente regulado retiene el sedal hasta el punto máximo para evitar la rotura de este. Cuando el pez deja de tirar podemos sin brusquedad recogerlo con la manivela del carrete y cuando el pez vuelve a tirar del sedal simplemente debemos soltar la manivela y el freno de disco volverá a entrar en acción.
La pesca a pez visto es muy interesante y si somos buenos observadores podemos llegar a ver al pez y por supuesto calibrarlo concienzudamente. Es importante de disponer de unas buenas gafas polarizadas no sólo para ver al pez sino para protegernos de los peligrosos rayos UVA que rebotan en el agua y son fatales para nuestras máculas oculares. Por lo tanto es importante el adquirir unas polarizadas de buena calidad y el color que recomiendo por ser el más adecuado, es el marrón. El amarillo proporciona demasiada luz y puede darnos dolores de cabeza y el gris es demasiado oscuro y solamente recomendable durante las jornadas de pesca con mucho Sol. Utilice también una buena gorra o sombrero que proteja tanto nuestra cabeza así como nuestro cuello. Para la pesca a vista lo mejor es escoger un día soleado. Los días nublados en verano o con fina lluvia pueden proporcionar jornadas inolvidables de pesca, pero entonces se vuelve complicado ver al pez con claridad. Como siempre la pesca es impredecible pero al mismo tiempo fantástica cada vez que pica un pez.
Finalmente recuerde dos cosas: sea muy paciente y procure moverse lo menos posible: observe y lance con precisión y delicadeza. Pesque con bajos muy largos y no se preocupe por el diámetro del hilo. Si los peces son grandes y hay obstáculos como espesos ranúnculos acuáticos o grandes árboles caídos en el río, su hilo debe ser lo suficientemente robusto como para forcejear con una gran trucha.
~ Carles V.