EL VALOR DEL TIEMPO
La pesca a mosca es un gran ejemplo de como disfrutar de nuestro tiempo, viviéndolo de la manera más inentendible e inexplicable para el profano que no sabe ni hacer un miserable nudo. El pescador dedica un ilimitado número de horas a su pasión; para él, el tiempo pasado en el río transcurre rápidamente y sin darse cuenta, en cambio, cada instante es vivido como si fuera el último. Desgraciadamente el ritmo de vida actual y las necesidades creadas por una sociedad que no solamente consume sin freno, sino que depreda cada instante de su vida en acciones que son inservibles o que podrían ser enfocadas de maneras muy diferentes.
He aquí dos cortas historias que nos invitarán a reflexionar sonriendo sobre lo difícil que resulta para muchos encontrar no ya un día entero, sino unas horas para ir a pescar.
Un señor vive tranquilamente en su casa de la ciudad y va a un río próximo a pescar cada día. Este hombre lo pasa estupendamente pescando y cada día está en el río por un periodo de 2 a 4 horas.
Un día está pescando y llega un pescador norteamericano al río. Cuando se encuentran, el señor está sacando una trucha de envergadura. El americano lo ve, lo contempla, y después de sacarla le dice:
Usted es un gran pescador!
Gracias! le responde el hombre amablemente.
Ya se va? le pregunta el norteamericano.
Sí, mañana ya volveré otro rato… le comenta gentilmente el pescador.
Debería montar un negocio de pesca y llevar a pescadores como yo a pescar. Le aconseja el norteamericano.
A si? le exclama el señor sorprendido.
Claro!, y luego puede montar una tienda de pesca y más tarde una agencia de guías de pesca!
Caramba! Dice el hombre regocijado.
Sí! y aún más!, con algunos años puede montar una agencia internacional de viajes de pesca y un gran almacén distribuidor de material de pesca para todo el mundo. Ganará mucho dinero y será famoso!, le asegura el norteamericano.
El hombre lo mira atónito, y le exclama: Oiga! y luego, cuando voy yo a pescar???
Aquí va la segunda historia…
Un padre de familia al que le encanta pescar se encuentra con las constantes negativas de su mujer y las continuas obligaciones impuestas por el sistema de vida actual.
Cariño, mañana voy a ir a pescar al río tal…
Mañana? Exclama su mujer con gran preocupación, mañana tienes que acompañarme a la comida que hace mi amiga en casa de sus suegros!
El hombre se encoge de hombros, mira con tristeza sus bártulos de pesca recién preparados y lo asume resignado.
La semana siguiente le dice lo mismo a su mujer, pero con más comedimiento y prudencia:
Cariño, mañana me gustaría ir a pescar al río tal…
Otra vez de pesca? Pero si mañana tendríamos que ir al estreno de la nueva película del actor tal que me gusta tanto y que trata del amor de la pareja… te va a encantar! Gracias cariño!
El pobre hombre respira profundamente, suspira, emite diversos bufidos y gimoteos, se da por vencido y resuelve aplazarlo para otra semana.
La semana siguiente, se propone ir a por todas y evitar otra tragedia; ante su nueva propuesta su mujer le advierte que ese día tiene revisión médica y por la tarde el correspondiente compromiso ineludible de ir de compras con sus hijos. El hombre desolado con la mirada perdida se da por vencido una vez más. Su mujer lo ve tan triste que le consuela diciéndole que ya tendrá tiempo suficiente para ir a pescar cuando se jubile, pues entonces dispondrá de todos los días para hacer lo que quiera.
Finalmente, el hombre se jubila y le dice ilusionado a su mujer que a la mañana siguiente quiere ir a pescar. La respuesta de su mujer es que ahora debe acompañarla a la compra pues ella sola no puede y luego que ahora hay nuevas obligaciones ineludibles como ir a los médicos, atender a los suegros, las comidas con los amigos de la pareja, ah! y no te olvides de los hijos de tu hija y de las hijas de tu hijo, que debes ir a buscarlas cada día al cole!
Cuando una persona llega a cierta edad, se da cuenta de lo importante que es el tiempo y aún más: hacer un buen uso de este. Tal vez no se trate de hacer planes, ni de encuadrar los días de la semana para hacer esto u lo otro, pero además del trabajo, hay que dedicar una serie de horas de la semana a nuestro esparcimiento y en pensar en cosas totalmente diferentes. Esto es muy bueno para vaciar la mente y fortalecer nuestro espíritu. Las ansias de ganar más dinero y el dinero acumulado, puede que sean más un grave estorbo que una ventaja y las necesidades creadas o diversas conveniencias, pueden ser también un gran problema, así como los deberes extras en nuestro tiempo libre. Encontrar el equilibrio no es nada fácil.
Para muchos encontrar un solo día libre de vez en cuando, para ir de pesca, constituye casi un acto de fe y enfrentarse a muchas contrariedades y obligaciones. Como no tengo receta alguna para solucionar todo esto, lo único que uno puede hacer es escaparse literalmente siempre que pueda sin dar demasiadas explicaciones ni pensar en lo que puede perder o dejar de ganar, deseando solamente ir de pesca y pasar unas horas absorto en un ambiente agradable.
Ah! y no olvide poner el teléfono en modo avión!
~ Carles V.