GANADORES
Este invierno puse a la venta algunas cañas de mosca que desde hace años no utilizaba o las llevaba contadas veces de pesca. También vendí uno de esos carretes semi automáticos que nunca usaba porque siempre utilizo carretes manuales de bobina ancha.
Uno de los compradores de cañas a la venta, resultó ser un pescador de Galicia, la tierra de los mil ríos. Se llama Juan y en nuestras frecuentes charlas telefónicas me habla de la pesca en su tierra, de truchas, reos y salmones, de la caza del jabalí en cuadrilla con pocos perros y puestos, de la pesca en regatos y ríos medianos poblados de truchas de pequeño y mediano tamaño.
Juan es un apasionado del monte y del río, pesca y caza desde su infancia y tiene en sus venas un pescador y un cazador auténtico.
Es una persona noble, humilde y espontánea. Le gusta más hablar de los ríos y sus peces que de las capturas que consigue. En una de nuestras amenas conversaciones me explica lo difícil que lo ha tenido en la vida y todo lo que ha tenido que esforzarse para llegar a una meta, a un objetivo.
– La vida hay que cogerla como viene… -. Me comenta como una persona que ha sabido aceptar los embates de vivir.
La amabilidad con que me obsequia mi bondadoso y sencillo amigo, no es gratuita y tampoco es forzada. Hablando con otros pescadores gallegos, me comentan que le conocen y me dicen que Juan es un buen paisano, honrado y trabajador y que le apasiona la pesca de la trucha y el reo y la caza con perros para el jabalí, a los que quiere como a hijos.
En ciertos aspectos me recuerda a mí y a otros muchos amigos y conocidos que hemos tenido que trabajar y estudiar duro para llegar a nuestra meta en la vida. Ninguno se ha hecho rico ni famoso. El objetivo es buscar la felicidad en uno mismo, conociéndose en profundidad y reconociendo sus propios defectos. Que lo material no proporciona la felicidad sino que la empobrece y que el dinero solo sirve para vivir y el hacerse rico no entra dentro de sus planes porque trae demasiados desvelos para seguir ganando mucho dinero y no perderlo o morir en el intento.
Son personas que son felices observando y leyendo la naturaleza y sus habitantes sin más utensilios que un transporte utilitario y unos viejos bártulos, lo importante reside en el qué y en cómo se hacen las cosas. Cómo se planifican las excursiones, la pasión y la ilusión con que se piensa en la próxima salida o en la que acaban de finalizar.
¡Es fantástico saber que se puede volver allí, cerca del agua movida, de los árboles viejos y altos, de las piedras mojadas y el olor de la hierba húmeda que es un tapiz bajo nuestras suelas!…en realidad el pescador que piensa esto, ¡ya está pescando!
Hay una cosa que disfruto especialmente en la pesca a mosca: la preparación de los útiles y moscas que tengo intención de utilizar en la próxima jornada. Me proporciona un gran esparcimiento y una ilusión que se ha mantenido intacta durante muchísimos años.
Pero la pesca a mosca no es lo mismo sin tener amigos con quien compartirla. Mis amigos son personas nobles y sencillas, humildes y trabajadoras que no se dejan abatir por los numerosos tropiezos con que nos pone continuamente a prueba la vida.
Recientemente, un buen amigo de Lleida se recupera de un cáncer complicado. Una de sus mayores ilusiones es que sabe que a finales de Febrero iremos a pescar al río Segre para ver las eclosiones de rhodanis al medio día y intentar capturar alguna de sus grandes truchas marrones. Cada vez que hablamos me dice: – ya falta menos…el mes que viene, ya sabes…en las aguas planas del Segre…las subidas-.
Estoy impaciente por volver a Galicia y ver a mis amigos gallegos, lanzar con mis viejas cañas de mosca y oír el click del carrete mientras recojo línea, entre sus aguas tranquilas, rodeadas de verdes y amables colinas. Hace poco, me han regalado una estupenda colección de efémeras. Están magníficamente montadas, y creo que son fantásticas y pescarán de maravilla; quiero compartirlas con mis amigos.
La vida pasa rápidamente, mucho más de lo que a veces puedo llegar a pensar o imaginar, en cambio cuando estoy en el río con el agua hasta los muslos y lanzando con mi caña de mosca a un pez lejano, el tiempo parece detenerse un instante para dejar que saboree el placer incomparable del momento.
Juan comprende todo esto y vive apasionadamente para ello, no necesita más dinero que el necesario para vivir y además es un extraordinario comunicador. Explica y describe con gran conocimiento y devoción sus aventuras por el río y por el monte sin tener nada más que lo indispensable. También ha superado un cáncer hace unos años. Por lo visto hay mucha gente a la que le importa y que le quiere. Juan es un ganador.
~ Carles V.