MÁS QUE UN JUEGO

La pesca a mosca es básicamente la combinación de un modo especial de lanzar un “objeto” extremadamente ligero, una mosca seca, que a su vez está construido de tal manera que tiende a flotar en el aire como un paracaídas, dándole un efecto casi ingrávido. A esto debemos añadirle que este “objeto” tiene la apariencia de un ser vivo y como tal, debe ser manejado para convencer a otro ser vivo para que sea comido u oportunamente atacado-devorado. A esto debemos añadirle otra vez que la acción se desenvuelve en un medio acuático y natural, un ecosistema, que lleva millones de años en funcionamiento y constante evolución. En definitiva, la pesca a mosca es un sistema para pescar inventado por el hombre, en el que el cebo que se utiliza comúnmente es un animal invertebrado totalmente artificial para capturar a otro animal vertebrado que vive en el agua y que su aparición en la Tierra se remonta a 60 millones de años.

El fly casting como el tennis, el football o el rugby es un juego inglés, y aunque en algunas civilizaciones antiguas se practicaba la pesca a mosca, los conceptos fly fishing y fly casting son algo tipícamente anglosajón, guste o no.

La técnica del fly casting es indispensable para el fly fishing. Si se domina suficientemente, se puede lanzar durante horas en diferentes puntos del río sin aburrirse en absoluto. Lanzar con una caña de mosca es un placer y un entretenimiento maravilloso, de ahí que el mejor lance siempre es el último que no acaba nunca de producirse. Uno siente, lanza y vive… y eso es todo.

El concepto espacio-tiempo queda reducido a los términos, felicidad-ilusión.

Pescar un pez con una caña de mosca es una experiencia con mayúsculas para cualquiera que ame la naturaleza y la pesca. Una cosa es atrapar peces y otra muy distinta es pescar con caña de mosca. Esta experiencia tan especial a dado lugar al catch&release y hoy en día la pesca a mosca va directamente asociada a la pesca con devolución.

En definitiva el fly casting y el fly fishing, son dos mundos directamente entrelazados, o mejor dicho: un mundo dentro de otro.

Pero en realidad, ¿que sabemos de todo el medio que le rodea?, ¿qué evolución están siguiendo nuestras poblaciones salmonícolas?, ¿porqué un río tiene una productividad más alta de peces e insectos que otro que en apariencia debería ser mejor?, ¿Qué es  lo que puede ver el ojo de una trucha o un salmón?, ¿cómo lo ve y qué importancia tiene para el pez?, Y aún unas preguntas más simples: ¿Cuántos peces puede albergar un río y de qué tamaños?, ¿Cómo se consigue de forma fiable, criar truchas autóctonas mediterráneas en ambientes acuáticos cerrados?

Para mí la respuesta es también simple: no sabemos casi nada o sabemos poco.

La constante disminución de individuos de salmón atlántico y de la trucha de mar es un problema sin resolver, pero no sólo eso, tampoco sabemos con exactitud el comportamiento y el desarrollo de estas dos especies de peces en dos ecosistemas distintos como son los mares y los ríos. Algo muy parecido sucede también con el róbalo. No sabemos tampoco, porque salmones marcados en España aparecen en las costas de Terranova, cuando la creencia popular dice que los salmones remontan el mismo río que los vió nacer. En definitiva nos guiamos por costumbres y dogmas, leyendas y leyes antiguas creyendo que dominamos el transcurso de la naturaleza cuando la realidad y las interacciones de esta son muy distintas y complejas. Ahora asociamos cualquier cambio o variación de la naturaleza y sus complejos ecosistemas, con una respuesta simple y que a mí me parece de lo más absurda y estúpida: el calentamiento global o cambio climático. Como otras tantas veces el hombre es el causante-culpable de todo. ¿Y si todo esto no es más que un pequeño ajuste de todos los sistemas naturales en constante evolución con el astro solar?, ¿el CO2 es el culpable principal o simplemente una de las variables entre un millón? ¿Cuántos episodios similares ha vivido la Tierra?

Existen numerosos estudios sobre la evolución de los rayos solares y su incidencia en la Tierra. Es fácil sentir que estos rayos solares llegan a nosotros con más calor y fuerza que antes, aunque una vez más no sabemos cuál es el alcance de esta incidencia en nuestros ecosistemas naturales. En fin, tenemos millones de preguntas sobre la evolución de los sistemas y ecosistemas naturales y sus especies y en cambio muy pocas respuestas. Es por este motivo y por las millones de preguntas que constantemente aparecen sin respuestas y sin soluciones aparentes, que el hombre que interactúa con el medio natural es el primero en tratar de resolver estos enigmas al mismo tiempo que evoluciona con la naturaleza y a favor de ella.

La pesca con mosca abre un abanico infinito de posibilidades para todo aquel que sea curioso por naturaleza y ame en profundidad. Desde el estudio de las eclosiones de insectos y todas las formas de vida subacuática, a la recuperación y conservación de ecosistemas fluviales, como también el perfeccionamiento de las técnicas de lanzado y pesca, y finalmente la observación, mejora y evolución de nuestras poblaciones salmonícolas. La pesca con mosca abre un enorme ventanal al estudio, la observación y la pasión por la naturaleza y al auto reconocimiento como ser humano y su intereacción con el medio.

~ Carles V.

Scroll al inicio